Alguna vez has sentido miedo?
Como unos zapatos, los miedos siempre nos acompañan. Me los quito, me los pongo, me compro unos nuevos…, pero siempre llevo zapatos.
Desde pequeñito sientes tus primeros miedos: a estar solo, a un ruido, a una luz, a la oscuridad… Con tus primeros pasos te calzas tu primer par de zapatos, y llegan nuevos miedos, si me caigo, si me tropiezo, si no tengo la mano de mi mamá… Y así continúa tu vida. Zapatos que se quedan pequeños, miedos que abandono, zapatos nuevos, miedos que aparecen... Y como los zapatos, los miedos nos ayudan a caminar por el mundo y a conocer otras personas que como tú también tienen miedos. A veces hablar de ellos nos ayuda a entenderlos.
Si te atreves… escribe o dibuja tu miedo en un papel y arrójalo en lo más profundo de la caja
Los miedos no son sólo cosa de niños. Yo soy mayor y tengo un montón de ellos. Os animo a que compartáis vuestros miedos con todos nosotros y los introduzcáis en el Comemiedos del hall a ver si (con algo de suerte) desaparecen.
