viernes, 20 de septiembre de 2013

!SORPRESA!

NOTICIAS DEL DOCTOR SCIENCEMAN


¡Hola, chicos de Monzalbarba!:

¿Qué tal habéis pasado las vacaciones? ¿Bien? Yo, sólo regular. Os lo voy a explicar.

No os diré nada  nuevo, ya me conocéis, si os digo que por mis despistes pierdo mucho tiempo subiendo y bajando del cielo, y yendo y viniendo por el mundo.

Pues eso se acabó. Sí. Este verano no me he equivocado de avión ni de autobús ni de ciudad; y tampoco me he encontrado sin saber cómo en un desierto con mucha arena delante, y más arena  detrás.

Así ha sido. Pero yo he cambiado poco. Soy igual de despistado. Si no he cometido errores  ha sido porque no me he movido de casa. Y no me voy a  mover en una larga temporada. El motivo es que  llevo dos meses en cama y tengo para varios más. Sí, ya sé que os da pena. Gracias. Pero estas cosas le pasan a la gente como yo. Es el destino de los que viven en las nubes. Tras pasar por mil sitios peligrosos sin un rasguño y sin perder ni un botón, el enemigo estaba en mi propia casa: Un día, mientras me duchaba, estaba calculando la fuerza de la pisada de un astronauta en la Luna, cuando, imaginándome que era yo el astronauta, pisé el jabón, me resbalé, me caí y me rompí la pierna. El fémur y la tibia de la pierna derecha para ser exactos.

Tuve muy mala suerte, lo sé, pero no me quejo, aprovecharé para leer muchos libros interesantes. Y a pesar de mi desgracia sigo acordándome de vosotros. David me dijo este verano que el curso pasado hicisteis magníficos proyectos y piensa que entre vosotros hay algún futuro premio Nobel. Y Marian me ha enviado un correo en el que me cuenta que estáis tan felices y con tantas ganas, que quizás este año os podría enseñar algo de lo maravillosas y mágicas que son las Matemáticas.

Os he de decir que si pudiera moverme eso sería pan comido para mí. Acordaos de la nave interestelar que enviamos al espacio. Va por el cosmos a toda velocidad sin ningún fallo.

Pero ya veis que no puedo ni levantarme. Siento no poder ayudaros pero hay alguien que sí puede hacerlo. No estoy pensando en el doctor Moebius, que está castigado en Siberia por malo. Ni en Félix Ardevole, mi amigo, que desde que se ha convertido en SuperFélix está muy atareado ayudando a la humanidad.

Creo que os puede ayudar Natalia. Sí, Natalia, una mujer, y además doctora en Matemáticas. La doctora Natalia Polgar. Quizá os suene su apellido. La doctora Polgar es prima de Judith Polgar, la campeona del mundo de ajedrez. De pequeñas jugaban mucho juntas. Judith destacaba en ajedrez y Natalia en Matemáticas así que ahora las dos  hacen bien ambas cosas: jugar y calcular. Este verano Natalia ha venido a visitarme muchas tardes y antes de irse jugábamos una partida de ajedrez. Ella siempre me ganaba.

La conocí hace cuatro años en un concierto. A los dos nos encanta la música. Y vosotros también la conocéis, aunque no de vista sino de oídas. Recordad el vídeo de fin de curso en el que mi grupo musical y yo tocábamos una versión arrolladora y genial (es una opinión que leí en el blog del colegio) del i´m a believer. Pues sabed que Natalia es la que tocaba los teclados. No se le veía porque es un poco vergonzosa, pero se le oía. Sus teclados nos guiaban y envolvían y los escuchasteis claramente si estuvisteis atentos.

Bien. Os aseguro que si hubiera un campeonato del mundo de Matemáticas, Natalia quedaría campeona con toda facilidad. Es capaz de memorizar y luego repetir en el mismo orden que le digan 100 números salteados; de multiplicar mentalmente 579 x 84 en 5 segundos; de decirte los números primos que hay hasta  1 millón; e incluso de jugar  partidas de ajedrez teniendo los ojos vendados y ganar a cualquiera. Bueno, a cualquiera que no sea su prima Judith.

Por cierto, me ha dicho vuestra querida teacher Pilar que este curso todos los que quieran podrán apuntarse a aprender a jugar al ajedrez. Os animo a hacerlo. Es muy divertido y os enseñará a pensar. Yo empecé a jugar con 3 años y sigo jugando y aunque Natalia me gane, no me importa.

Bueno, queridos niños de Monzalbarba, creo que cambiaré el jabón por el gel, que es menos peligroso; y en cuanto pueda, seguiré viajando por el mundo enseñando las maravillas de la ciencia.

Adiós a todos.


El profesor Scienceman